¿Autodestrucción del país?

Rodrigo Contero Peñafiel

Infelizmente quedará marcada en nuestra historia nacional el grave detrimento perpetrado en contra de la seguridad jurídica del Ecuador, el orden constituido y sus instituciones, por antisociales y mercenarios revoltosos opuestos a un Decreto Ejecutivo, cuyas acciones desencadenaron asesinatos, heridos, secuestros, saqueos, destrucción de bienes, incendios, paralización de servicios con grandes afectaciones económicas para la ciudadanía y el país; grupos de terroristas armados con palos, piedras y otros instrumentos de ataque elaborados clandestinamente -táctica de guerrillas- cerraron vías, destruyeron vehículos y casas, atacaron a personas, policías y a la prensa, crearon pánico en la ciudad y sus actividades. La angustia anegó a la población como nunca habíamos visto.

Atacaron ambulancias, motobombas que acudían a sofocar incendios, un fuerte militar, cortaron el servicio de agua potable. ¿Acaso pretendieron generar una lucha de clases? Un dirigente amazónico atribuye a su región la propiedad sobre el petróleo, y ¿los mandatos constitucionales?, ¿serían solo indígenas los que llegaron a protestar en la capital de la República? Hubo cabecillas, instigadores nacionales y extranjeros, sobre todo de Venezuela, país afín a la nefasta doctrina del correato. Ha quedado al descubierto la táctica de quien afronta juicios penales en su contra, algunos de carácter imprescriptible, por lo que jamás podrá volver al Ecuador. Algunos de sus amigos (un Asambleísta y la Prefecta de Pichincha) están enjuiciados penalmente y con prisión preventiva; otros “líderes” están prófugos o auto asilados en la Embajada de México.

La “Revolución Ciudadana” implementó el amoral principio del fin justifica los medios, evidenciando una corrupción supermillonaria que la justicia investiga; por eso el incendio al edificio de la Contraloría General del Estado queriendo borrar las evidencias. Ante la ausencia de la Asamblea Nacional y la Municipalidad tuvo que mediar la ONU y la CEE. Hoy debemos pensar en el futuro del país e implementar medidas de seguridad efectivas para que imperen la Ley y el diálogo. ¡No a la autodestrucción del país!

[email protected]

Rodrigo Contero Peñafiel

Infelizmente quedará marcada en nuestra historia nacional el grave detrimento perpetrado en contra de la seguridad jurídica del Ecuador, el orden constituido y sus instituciones, por antisociales y mercenarios revoltosos opuestos a un Decreto Ejecutivo, cuyas acciones desencadenaron asesinatos, heridos, secuestros, saqueos, destrucción de bienes, incendios, paralización de servicios con grandes afectaciones económicas para la ciudadanía y el país; grupos de terroristas armados con palos, piedras y otros instrumentos de ataque elaborados clandestinamente -táctica de guerrillas- cerraron vías, destruyeron vehículos y casas, atacaron a personas, policías y a la prensa, crearon pánico en la ciudad y sus actividades. La angustia anegó a la población como nunca habíamos visto.

Atacaron ambulancias, motobombas que acudían a sofocar incendios, un fuerte militar, cortaron el servicio de agua potable. ¿Acaso pretendieron generar una lucha de clases? Un dirigente amazónico atribuye a su región la propiedad sobre el petróleo, y ¿los mandatos constitucionales?, ¿serían solo indígenas los que llegaron a protestar en la capital de la República? Hubo cabecillas, instigadores nacionales y extranjeros, sobre todo de Venezuela, país afín a la nefasta doctrina del correato. Ha quedado al descubierto la táctica de quien afronta juicios penales en su contra, algunos de carácter imprescriptible, por lo que jamás podrá volver al Ecuador. Algunos de sus amigos (un Asambleísta y la Prefecta de Pichincha) están enjuiciados penalmente y con prisión preventiva; otros “líderes” están prófugos o auto asilados en la Embajada de México.

La “Revolución Ciudadana” implementó el amoral principio del fin justifica los medios, evidenciando una corrupción supermillonaria que la justicia investiga; por eso el incendio al edificio de la Contraloría General del Estado queriendo borrar las evidencias. Ante la ausencia de la Asamblea Nacional y la Municipalidad tuvo que mediar la ONU y la CEE. Hoy debemos pensar en el futuro del país e implementar medidas de seguridad efectivas para que imperen la Ley y el diálogo. ¡No a la autodestrucción del país!

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Rodrigo Contero Peñafiel

Infelizmente quedará marcada en nuestra historia nacional el grave detrimento perpetrado en contra de la seguridad jurídica del Ecuador, el orden constituido y sus instituciones, por antisociales y mercenarios revoltosos opuestos a un Decreto Ejecutivo, cuyas acciones desencadenaron asesinatos, heridos, secuestros, saqueos, destrucción de bienes, incendios, paralización de servicios con grandes afectaciones económicas para la ciudadanía y el país; grupos de terroristas armados con palos, piedras y otros instrumentos de ataque elaborados clandestinamente -táctica de guerrillas- cerraron vías, destruyeron vehículos y casas, atacaron a personas, policías y a la prensa, crearon pánico en la ciudad y sus actividades. La angustia anegó a la población como nunca habíamos visto.

Atacaron ambulancias, motobombas que acudían a sofocar incendios, un fuerte militar, cortaron el servicio de agua potable. ¿Acaso pretendieron generar una lucha de clases? Un dirigente amazónico atribuye a su región la propiedad sobre el petróleo, y ¿los mandatos constitucionales?, ¿serían solo indígenas los que llegaron a protestar en la capital de la República? Hubo cabecillas, instigadores nacionales y extranjeros, sobre todo de Venezuela, país afín a la nefasta doctrina del correato. Ha quedado al descubierto la táctica de quien afronta juicios penales en su contra, algunos de carácter imprescriptible, por lo que jamás podrá volver al Ecuador. Algunos de sus amigos (un Asambleísta y la Prefecta de Pichincha) están enjuiciados penalmente y con prisión preventiva; otros “líderes” están prófugos o auto asilados en la Embajada de México.

La “Revolución Ciudadana” implementó el amoral principio del fin justifica los medios, evidenciando una corrupción supermillonaria que la justicia investiga; por eso el incendio al edificio de la Contraloría General del Estado queriendo borrar las evidencias. Ante la ausencia de la Asamblea Nacional y la Municipalidad tuvo que mediar la ONU y la CEE. Hoy debemos pensar en el futuro del país e implementar medidas de seguridad efectivas para que imperen la Ley y el diálogo. ¡No a la autodestrucción del país!

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Rodrigo Contero Peñafiel

Infelizmente quedará marcada en nuestra historia nacional el grave detrimento perpetrado en contra de la seguridad jurídica del Ecuador, el orden constituido y sus instituciones, por antisociales y mercenarios revoltosos opuestos a un Decreto Ejecutivo, cuyas acciones desencadenaron asesinatos, heridos, secuestros, saqueos, destrucción de bienes, incendios, paralización de servicios con grandes afectaciones económicas para la ciudadanía y el país; grupos de terroristas armados con palos, piedras y otros instrumentos de ataque elaborados clandestinamente -táctica de guerrillas- cerraron vías, destruyeron vehículos y casas, atacaron a personas, policías y a la prensa, crearon pánico en la ciudad y sus actividades. La angustia anegó a la población como nunca habíamos visto.

Atacaron ambulancias, motobombas que acudían a sofocar incendios, un fuerte militar, cortaron el servicio de agua potable. ¿Acaso pretendieron generar una lucha de clases? Un dirigente amazónico atribuye a su región la propiedad sobre el petróleo, y ¿los mandatos constitucionales?, ¿serían solo indígenas los que llegaron a protestar en la capital de la República? Hubo cabecillas, instigadores nacionales y extranjeros, sobre todo de Venezuela, país afín a la nefasta doctrina del correato. Ha quedado al descubierto la táctica de quien afronta juicios penales en su contra, algunos de carácter imprescriptible, por lo que jamás podrá volver al Ecuador. Algunos de sus amigos (un Asambleísta y la Prefecta de Pichincha) están enjuiciados penalmente y con prisión preventiva; otros “líderes” están prófugos o auto asilados en la Embajada de México.

La “Revolución Ciudadana” implementó el amoral principio del fin justifica los medios, evidenciando una corrupción supermillonaria que la justicia investiga; por eso el incendio al edificio de la Contraloría General del Estado queriendo borrar las evidencias. Ante la ausencia de la Asamblea Nacional y la Municipalidad tuvo que mediar la ONU y la CEE. Hoy debemos pensar en el futuro del país e implementar medidas de seguridad efectivas para que imperen la Ley y el diálogo. ¡No a la autodestrucción del país!

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