Perritos comunitarios en la Policía

Familia. Los perros comunitarios son parte de la formación diaria.
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En Ambato existen barrios que han adoptado a perritos que pasan a ser parte de la comunidad y que son una responsabilidad de los vecinos del sector, pero también hay una institución que abrió sus puertas y la bondad de sus integrantes para los amigos de cuatro patas sin hogar.

La Policía Nacional en Tungurahua tiene a dos ‘peluditos’ que encontraron en sus miembros a una familia que los acogió y les permitió dejar la fría calle y los días de hambre. En varias ocasiones quienes llegan hasta la institución llevan un pan o algo de comida para alimentar a quienes le dan un toque distinto al ambiente.

‘Pelusa’

‘Pelusa’ es una de las mascotas que llegaron hasta el lugar y que de apoco se ganó el cariño de los integrantes del Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT).

La sargento primero Rosa Benavides es parte del equipo del SIAT, ella contó que ‘Pelusa’ llegó los primeros días de octubre con el pelaje largo y sucio. Lo que provocó que mucha gente la rechazara, excepto los integrantes de esta unidad que vieron en ella a un ser que necesitaba ayuda y cariño.

“Entre todos pusimos una cuota, le llevamos a que le corten el pelo, le peinen y bañen, después de una horas vino muy guapa”, recordó.

Benavides comentó que el ambiente de trabajo cambió con la adopción de ‘Pelusa’, pues pasó a ser parte del equipo y en varias ocasiones les acompañaba en las formaciones de la mañana.

“Siempre cuando llegaban todos preguntaban por la perrita, estábamos pendientes, fue un cambio bonito, ella era educada no ladraba, sabía estar en el sillón pero cuando veía que alguien ajeno llegaba se iba para el fondo”, contó.

La Sargento primero recordó que luego del cambio de imagen varios fueron los que se ofrecieron para llevársela, pero que nadie cumplió con el perfil requerido hasta que llegó alguien de su entera confianza que la adoptó y brindó un hogar.

“Cuidábamos de ‘Pelusa’, la verdad ahora le extrañamos, nosotros nos acostumbramos a ella, nos acompañaba, salíamos e iba con nosotros”, recordó.

Tobi

Es blanco y recibe a todos los que llegan hasta el área de Criminalística, su patita derecha presenta algún problema que al parecer se debe a un atropellamiento, sus ojos de inocencia invitan a acariciarlo.

En una parte del espacio está ubicada una caja grande de madera con una cobija y una especie de colchón para que ‘Tobi’ pueda dormir, tiene dos recipientes uno para el agua y otro para la comida.

El sargento segundo Omar Pérez del área de Criminalística es quien se ha hecho responsable del nuevo ‘amigo con cola’. “Un día vino y se arrimó a la unidad, el estado en el que llegó era desastroso, tenía parásitos, daños en su piel, estaba rengo porque aparentemente habría sufrido un atropello, lo vimos y le tratamos de curarle y darle una mejor vida, de salvarle, pusimos todos para salir adelante con el perrito”, aseguró.

Entre todos los integrantes de la unidad se encargan de la limpieza, la comida es parte de la colaboración de todos y en ocasiones los visitantes le llevan regalos a ‘Tobi’. “A nivel policial nosotros somos una familia y en esta ocasión nos llegó a complementar un ser que alegra el ambiente de trabajo”, manifestó.

‘Tobi’ tiene un cariño especial con Pérez, pues lo acompaña cuando tiene que movilizarse en los patios, aquí la amistad se nota cuando el perrito corre a saludarlo. (AVI)

En Ambato existen barrios que han adoptado a perritos que pasan a ser parte de la comunidad y que son una responsabilidad de los vecinos del sector, pero también hay una institución que abrió sus puertas y la bondad de sus integrantes para los amigos de cuatro patas sin hogar.

La Policía Nacional en Tungurahua tiene a dos ‘peluditos’ que encontraron en sus miembros a una familia que los acogió y les permitió dejar la fría calle y los días de hambre. En varias ocasiones quienes llegan hasta la institución llevan un pan o algo de comida para alimentar a quienes le dan un toque distinto al ambiente.

‘Pelusa’

‘Pelusa’ es una de las mascotas que llegaron hasta el lugar y que de apoco se ganó el cariño de los integrantes del Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT).

La sargento primero Rosa Benavides es parte del equipo del SIAT, ella contó que ‘Pelusa’ llegó los primeros días de octubre con el pelaje largo y sucio. Lo que provocó que mucha gente la rechazara, excepto los integrantes de esta unidad que vieron en ella a un ser que necesitaba ayuda y cariño.

“Entre todos pusimos una cuota, le llevamos a que le corten el pelo, le peinen y bañen, después de una horas vino muy guapa”, recordó.

Benavides comentó que el ambiente de trabajo cambió con la adopción de ‘Pelusa’, pues pasó a ser parte del equipo y en varias ocasiones les acompañaba en las formaciones de la mañana.

“Siempre cuando llegaban todos preguntaban por la perrita, estábamos pendientes, fue un cambio bonito, ella era educada no ladraba, sabía estar en el sillón pero cuando veía que alguien ajeno llegaba se iba para el fondo”, contó.

La Sargento primero recordó que luego del cambio de imagen varios fueron los que se ofrecieron para llevársela, pero que nadie cumplió con el perfil requerido hasta que llegó alguien de su entera confianza que la adoptó y brindó un hogar.

“Cuidábamos de ‘Pelusa’, la verdad ahora le extrañamos, nosotros nos acostumbramos a ella, nos acompañaba, salíamos e iba con nosotros”, recordó.

Tobi

Es blanco y recibe a todos los que llegan hasta el área de Criminalística, su patita derecha presenta algún problema que al parecer se debe a un atropellamiento, sus ojos de inocencia invitan a acariciarlo.

En una parte del espacio está ubicada una caja grande de madera con una cobija y una especie de colchón para que ‘Tobi’ pueda dormir, tiene dos recipientes uno para el agua y otro para la comida.

El sargento segundo Omar Pérez del área de Criminalística es quien se ha hecho responsable del nuevo ‘amigo con cola’. “Un día vino y se arrimó a la unidad, el estado en el que llegó era desastroso, tenía parásitos, daños en su piel, estaba rengo porque aparentemente habría sufrido un atropello, lo vimos y le tratamos de curarle y darle una mejor vida, de salvarle, pusimos todos para salir adelante con el perrito”, aseguró.

Entre todos los integrantes de la unidad se encargan de la limpieza, la comida es parte de la colaboración de todos y en ocasiones los visitantes le llevan regalos a ‘Tobi’. “A nivel policial nosotros somos una familia y en esta ocasión nos llegó a complementar un ser que alegra el ambiente de trabajo”, manifestó.

‘Tobi’ tiene un cariño especial con Pérez, pues lo acompaña cuando tiene que movilizarse en los patios, aquí la amistad se nota cuando el perrito corre a saludarlo. (AVI)

En Ambato existen barrios que han adoptado a perritos que pasan a ser parte de la comunidad y que son una responsabilidad de los vecinos del sector, pero también hay una institución que abrió sus puertas y la bondad de sus integrantes para los amigos de cuatro patas sin hogar.

La Policía Nacional en Tungurahua tiene a dos ‘peluditos’ que encontraron en sus miembros a una familia que los acogió y les permitió dejar la fría calle y los días de hambre. En varias ocasiones quienes llegan hasta la institución llevan un pan o algo de comida para alimentar a quienes le dan un toque distinto al ambiente.

‘Pelusa’

‘Pelusa’ es una de las mascotas que llegaron hasta el lugar y que de apoco se ganó el cariño de los integrantes del Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT).

La sargento primero Rosa Benavides es parte del equipo del SIAT, ella contó que ‘Pelusa’ llegó los primeros días de octubre con el pelaje largo y sucio. Lo que provocó que mucha gente la rechazara, excepto los integrantes de esta unidad que vieron en ella a un ser que necesitaba ayuda y cariño.

“Entre todos pusimos una cuota, le llevamos a que le corten el pelo, le peinen y bañen, después de una horas vino muy guapa”, recordó.

Benavides comentó que el ambiente de trabajo cambió con la adopción de ‘Pelusa’, pues pasó a ser parte del equipo y en varias ocasiones les acompañaba en las formaciones de la mañana.

“Siempre cuando llegaban todos preguntaban por la perrita, estábamos pendientes, fue un cambio bonito, ella era educada no ladraba, sabía estar en el sillón pero cuando veía que alguien ajeno llegaba se iba para el fondo”, contó.

La Sargento primero recordó que luego del cambio de imagen varios fueron los que se ofrecieron para llevársela, pero que nadie cumplió con el perfil requerido hasta que llegó alguien de su entera confianza que la adoptó y brindó un hogar.

“Cuidábamos de ‘Pelusa’, la verdad ahora le extrañamos, nosotros nos acostumbramos a ella, nos acompañaba, salíamos e iba con nosotros”, recordó.

Tobi

Es blanco y recibe a todos los que llegan hasta el área de Criminalística, su patita derecha presenta algún problema que al parecer se debe a un atropellamiento, sus ojos de inocencia invitan a acariciarlo.

En una parte del espacio está ubicada una caja grande de madera con una cobija y una especie de colchón para que ‘Tobi’ pueda dormir, tiene dos recipientes uno para el agua y otro para la comida.

El sargento segundo Omar Pérez del área de Criminalística es quien se ha hecho responsable del nuevo ‘amigo con cola’. “Un día vino y se arrimó a la unidad, el estado en el que llegó era desastroso, tenía parásitos, daños en su piel, estaba rengo porque aparentemente habría sufrido un atropello, lo vimos y le tratamos de curarle y darle una mejor vida, de salvarle, pusimos todos para salir adelante con el perrito”, aseguró.

Entre todos los integrantes de la unidad se encargan de la limpieza, la comida es parte de la colaboración de todos y en ocasiones los visitantes le llevan regalos a ‘Tobi’. “A nivel policial nosotros somos una familia y en esta ocasión nos llegó a complementar un ser que alegra el ambiente de trabajo”, manifestó.

‘Tobi’ tiene un cariño especial con Pérez, pues lo acompaña cuando tiene que movilizarse en los patios, aquí la amistad se nota cuando el perrito corre a saludarlo. (AVI)

En Ambato existen barrios que han adoptado a perritos que pasan a ser parte de la comunidad y que son una responsabilidad de los vecinos del sector, pero también hay una institución que abrió sus puertas y la bondad de sus integrantes para los amigos de cuatro patas sin hogar.

La Policía Nacional en Tungurahua tiene a dos ‘peluditos’ que encontraron en sus miembros a una familia que los acogió y les permitió dejar la fría calle y los días de hambre. En varias ocasiones quienes llegan hasta la institución llevan un pan o algo de comida para alimentar a quienes le dan un toque distinto al ambiente.

‘Pelusa’

‘Pelusa’ es una de las mascotas que llegaron hasta el lugar y que de apoco se ganó el cariño de los integrantes del Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT).

La sargento primero Rosa Benavides es parte del equipo del SIAT, ella contó que ‘Pelusa’ llegó los primeros días de octubre con el pelaje largo y sucio. Lo que provocó que mucha gente la rechazara, excepto los integrantes de esta unidad que vieron en ella a un ser que necesitaba ayuda y cariño.

“Entre todos pusimos una cuota, le llevamos a que le corten el pelo, le peinen y bañen, después de una horas vino muy guapa”, recordó.

Benavides comentó que el ambiente de trabajo cambió con la adopción de ‘Pelusa’, pues pasó a ser parte del equipo y en varias ocasiones les acompañaba en las formaciones de la mañana.

“Siempre cuando llegaban todos preguntaban por la perrita, estábamos pendientes, fue un cambio bonito, ella era educada no ladraba, sabía estar en el sillón pero cuando veía que alguien ajeno llegaba se iba para el fondo”, contó.

La Sargento primero recordó que luego del cambio de imagen varios fueron los que se ofrecieron para llevársela, pero que nadie cumplió con el perfil requerido hasta que llegó alguien de su entera confianza que la adoptó y brindó un hogar.

“Cuidábamos de ‘Pelusa’, la verdad ahora le extrañamos, nosotros nos acostumbramos a ella, nos acompañaba, salíamos e iba con nosotros”, recordó.

Tobi

Es blanco y recibe a todos los que llegan hasta el área de Criminalística, su patita derecha presenta algún problema que al parecer se debe a un atropellamiento, sus ojos de inocencia invitan a acariciarlo.

En una parte del espacio está ubicada una caja grande de madera con una cobija y una especie de colchón para que ‘Tobi’ pueda dormir, tiene dos recipientes uno para el agua y otro para la comida.

El sargento segundo Omar Pérez del área de Criminalística es quien se ha hecho responsable del nuevo ‘amigo con cola’. “Un día vino y se arrimó a la unidad, el estado en el que llegó era desastroso, tenía parásitos, daños en su piel, estaba rengo porque aparentemente habría sufrido un atropello, lo vimos y le tratamos de curarle y darle una mejor vida, de salvarle, pusimos todos para salir adelante con el perrito”, aseguró.

Entre todos los integrantes de la unidad se encargan de la limpieza, la comida es parte de la colaboración de todos y en ocasiones los visitantes le llevan regalos a ‘Tobi’. “A nivel policial nosotros somos una familia y en esta ocasión nos llegó a complementar un ser que alegra el ambiente de trabajo”, manifestó.

‘Tobi’ tiene un cariño especial con Pérez, pues lo acompaña cuando tiene que movilizarse en los patios, aquí la amistad se nota cuando el perrito corre a saludarlo. (AVI)