En Ambato los niños consumen alcohol desde los 11 años

REALIDAD. Los niños comienzan a probar alcohol en reuniones con sus padres.
REALIDAD. Los niños comienzan a probar alcohol en reuniones con sus padres.

Un estudio realizado en 2019 por la Fundación Alli Causai (FAC) en cinco escuelas urbano marginales de Ambato rebela que desde los 11 años los niños empiezan a consumir bebidas alcohólicas.

Las causas más comunes son porque tienen mucho tiempo disponible en las tardes sin actividades designadas, entonces salen al barrio a encontrarse con los amigos y consumen licor que generalmente es artesanal.

“No tienen control en la casa y toman trago informal, y todas las bebidas que son baratas”, dijo Pablo Poveda, coordinador de la Clínica Jurídica de Derechos Humanos de la FAC.

Realidad

Una historia es la de Juan, Carlos y José (nombres protegidos), quienes se juntaban en Izamba para consumir chicha.

Los estudiantes tienen 12 años y compraban esta bebida porque el costo es muy económico, entre un dólar y 2,50, cada uno presenta problemas en sus hogares.

El licor artesanal es un inconveniente, pues no existe una conciencia ciudadana entre quienes lo expenden, aseguró Poveda.

Además, indicó que existe falta de información en los chicos sobre los efectos del alcohol, ya que a pesar de ser una droga permitida para los adultos no debería ser de libre acceso para los menores.

Otra razón para que los niños caigan en el licor es la ausencia de sus padres debido a sus trabajos o la migración. “Conviven con abuelos u otros familiares que no ejercen el mismo sistema de control que da mamá y papá. Entonces arman sus reuniones sociales para compartir y dentro de esos espacios consumen alcohol”, dijo Poveda.

Consecuencias

Según el psicólogo Óscar Bastidas el consumir licor puede desatar depresión y ansiedad, que podría llevar al suicidio.

Además de generar violencia, falta de atención en los estudios, problemas sociales y familiares porque el niño empieza a romper el esquema de la familia porque se aísla, no comparte con sus padres.

¿Qué hacer?

Bastidas dijo que es primordial mantener conversaciones continuas con los niños, preguntarles qué están sintiendo, no prohibirles nada, sino informales sobre los efectos que puede producir una droga legal.

“Como se consume normalmente en las fiestas, los jóvenes piensan que está bien, es un problema de salud pública que hay que combatir en base al conocimiento sobre esta sustancia”, dijo Bastidas. (APQ)