Nacionalismo sin sentido

Todas las personas compartimos retos y oportunidades comunes; sin embargo, hay países que se encaminan al aislamiento nacionalista, sin comprender que las dificultades en un mundo globalizado pueden llevarlos al desastre total. Los problemas globales de la humanidad necesitan respuestas y soluciones integrales. Los seres humanos somos animales sociales de los pies a la cabeza y llevamos la lealtad impresa en los genes.

El nacionalismo no es una característica natural y eterna que se lleve en la psique humana o que se base en la biología. La gente desarrolla muy fácilmente lealtad a grupos pequeños y no a centenares de desconocidos; la lealtad demanda esfuerzos de una conducta social, que parece estar siendo vencida por grupos que se organizan en el odio y el egoísmo.

La necesidad de crear colectivos nacionalistas se impone en el mundo ante la dificultad para resolver los retos que rebasan nuestra individualidad. La salud, trabajo, alimentación, vivienda, la economía y la vida en sociedad se consiguen cada día con el esfuerzo colectivo. Así funcionan los países donde, a pesar de no conocerse entre todos, la población hace esfuerzos conjuntos para convivir en paz y armonía, donde se trabaja cada día para el bien común y se acumulan reservas económicas para los años de “vacas flacas”. Instaurar un sistema de gobierno que proporcione estabilidad a sus habitantes y al país es lo adecuado.

Es un grave y peligroso pensar que, en un sistema nacionalista revolucionario, todos vivan en un paraíso liberal. Muy pocos países rezagados del mundo y gente ideologizada por unos cuantos dictadores han permitido el avance del populismo, sin posibilidad de enfrentar los grandes problemas globales. ¿Cómo entender que personas sin preparación puedan generar confianza ante la adversidad, cuando son precisamente ellos los que han destruido la economía y la vida de su pueblo? ¡Irresponsables populistas!

Dr. Rodrigo Contero Peñafiel