Opinión y libertad

Dos conceptos sostienen el sistema democrático y en el periodismo constituyen la base fundamental para tratar de llegar a una sociedad más equilibrada.

El periodista español Antonio Caño hace una observación muy alineada con un hecho reciente, el retiro del director de opinión del New York Times, por vetar la publicación de una opinión conservadora relacionada al uso de la fuerza militar contra los manifestantes, lo que considera un gran error del medio.

Ciertamente la sociedad es guiada por la opinión pública que necesariamente tiene puntos de vista divergentes, como sostuviera Lippmann, pero que pueden dar luz a muchas cosas, aclarar situaciones y, sobre todo, expresan la diversidad que implica a la vez tolerancia, para la estructuración de una democracia real, que a su vez contiene otro valor que es la libertad como derecho humano, tanto de opinar como de transitar, aunque en los regímenes autoritarios esto resulta un peligro que lleva riesgos.

En nuestro caso, no son muchos los medios que cumplen su función como formadores de democracia. Para quienes estamos en la profesión, ellos son altamente respetables pues cumplen con la actividad clave en el mantenimiento de la libertad de opinión, guste o no a los gobernantes de turno, por eso merecen reconocimiento social ya que cumplen su función de sostener una sociedad informada, abierta y democrática.

Aquí presenciamos recién un medio de comunicación, donde justamente se probó que la democracia no es cuestión de palabras o discursos sino de hechos y de acción, se excluyó a un periodista por criterio diferente, derrumbando un principio de libertad de opinión y asombrando a quienes tenían confianza en el medio, que en palabras de Caño es tendencia de “periodismo comprometido”.