A Elena* le hacía ilusión conocer a su nuevo ‘amigo’ de Facebook. El miércoles en la mañana chatearon, quedaron de verse a la una de tarde cerca del parque infantil de Quero. Elena tiene 14 años. A Elena le arrancaron las ilusiones.
La hora ansiada llegó. En las calles Bolívar y García Moreno se encontraron Elena y Josué*. Saludaron. El joven de 21 años le propuso caminar. Fueron por un sendero de tierra, llegaron hasta un bosque.
Aquí, hay un silencio largo. Un silencio punzante, que hiere como una lanza invisible. Una cortina de niebla cae, las palabras se pierden. Esta escena no se cuenta.
Elena ya no es la misma. Pasaron dos horas de su encuentro. Josué no era su ‘amigo’. Elena vuelve con su madre. La adolescente se está desangrando. Rocío*, la madre, pregunta qué pasó. Elena miente, dice que es la menstruación.
Pero la sangre no para. Elena habla, dice que Josué la violó. Rocío, no espera, va a la Policía, denuncia la agresión.
Desde la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) inician la búsqueda para ubicar al sospechoso.
El miércoles recorren Quero, visitan todos los lugares posibles donde podría estar Josué. No lo encuentran.
El jueves los agentes investigadores de la Dinapen lo localizan en las calles Bolívar y Guayaquil. El hombre es capturado para ser investigado como responsable de la violación.
Para el capitán Luis Morales Guevara, jefe de la Dinapen hay una línea muy frágil entre lo bueno y malo que tiene la tecnología.
“Ahora es indispensable para la educación, pero también es una puerta abierta al peligro. A través de las redes sociales los niños y adolescentes están expuestos a redes de trata de personas o pedofilia. En este caso, la víctima conoció al sospechoso por Facebook y ya vemos como terminó todo. Las redes son muy peligrosas si no les damos un uso responsable”, dijo Morales Guevara.
En general, una de las tácticas que usan los abusadores o secuestradores, es el enamoramiento, a través de palabras cariñosas convencen a sus víctimas, luego las citan y abusan de ellas o las secuestran.
“El control que deben tener los padres sobre el uso de las redes sociales de sus hijos debe ir de la mano de la confianza y el amor. Un hijo que recibe el amor de sus padres no es presa fácil para un abusador, pero, si en la casa no hay respeto, cariño y confianza, es sencillo que los niños o adolescentes se dejen envolver por estas personas. Hablar con nuestros hijos, escucharlos, abrazarlos, generar su confianza evitará que tengamos que seguir viendo historias como las de hoy”, dijo el Jefe de la Dinapen.
Agregó además que el Estado es responsable de generar una política pública para que los menores tengan un internet seguro, “no hay una regulación y la norma legal es indispensable para controlar estos delitos, sobre todo en estos tiempos, cuando los niños desde muy pequeños tienen acceso a la red”. (APQ)
(*Nombres protegidos)
Según el Código Orgánico Integral Penal (COIP) la pena para quienes contacten a menores por medios electrónicos con la finalidad sexual es de uno a cinco años.