Centralismo perverso

El manejo centralizado de las finanzas en Ecuador opera en contra de los intereses de millones de sus habitantes. Los problemas se vuelven trascendentales cuando los recursos escasean y las presiones para asignarlos, son poderosas e indolentes. Al final de la cola, quedan los habitantes de las zonas rurales remotas, aquellas que esperan las asignaciones prometidas para sueldos y obras pequeñas pero vitales.

El sistema es perverso. Mucha de la riqueza del país se obtiene de recursos provenientes de la ruralidad: el petróleo, la minería, incluso la producción agrícola y pesquera que se trabaja con mano de obra de quienes no recibirán nunca el rédito de las exportaciones. El Estado ve como concesión lo que debe entregar por ley y, luego, cobra multas por las deudas.

Otras provincias, como Esmeraldas, viven en absoluto abandono y exposición a las condiciones adversas de la frontera, sin suministro confiable de agua limpia y sin producción local capaz de generar empleos que justifiquen cerrarle la puerta al crimen y al narcotráfico. Allí, la administración “descentralizada” del cantón Eloy Alfaro se declaró ayer en emergencia, recurso que le permite asumirse ‘en quiebra’ y poner un alto al acoso de acreedores como el IESS y el Banco del Estado.

Similar situación viven las 36 juntas parroquiales en Imbabura, ante la reducción del 25% de las asignaciones a la Prefectura. Y así, 1.100 parroquias rurales más.

La Hora ha denunciado la reducción de todo tipo de servicios en estas zonas en las que no llega la teleducación, la salud pública, el seguro campesino, en algunas, la seguridad. Con esto, peligra incluso el agua.

Los sabios buscan la sabiduría, los necios creen haberla encontrado.”

Napoleón Bonaparte (1769-1821) Militar y estadista francés.

La muerte no existe, hija. La gente solo se muere cuando la olvidan.”

Isabel Allende (1942- ) Escritora chilena.