Los diablos de Píllaro bailan en vivo, en un desafío virtual

ENERGÍA. Los diablos lucen coloridas camisas.
ENERGÍA. Los diablos lucen coloridas camisas.

Los diablos de Píllaro, una ciudad ecuatoriana enclavada en el corazón de los Andes del país, salieron el viernes a bailar en vivo, en un desafío virtual a la pandemia del coronavirus, que también amenazó este tradicional festejo de Año Nuevo.
Los diablos, que suelen salir a bailar del 1 al 6 de enero en las calles de Píllaro, trasladaron el festejo a la vecina hacienda Huagrahuasi para evitar las aglomeraciones y minimizar el contagio con el coronavirus.

EL DATO
El miércoles 6 de enero se dará una nueva presentación, el lugar es un secreto para evitar aglomeraciones.

MOMENTO. Uno de los diablos prefirió llevar su máscara en la mano y ponerle una mascarilla.
MOMENTO. Uno de los diablos prefirió llevar su máscara en la mano y ponerle una mascarilla.

Festejo en medio de la pandemia
Declarada como Patrimonio Cultural de Ecuador, la Diablada pillareña, parecida al carnaval de Oruro (Bolivia), se organizó esta vez en total silencio, para que la gente no acuda masivamente como ha ocurrido en otros festejos similares.
Y es que no hay que «bajar la guardia» ante la pandemia, según comentó el alcalde de Píllaro, Francisco Yanchatipán, que encabezó el festejo en Huagrahuasi.
En total se presentaron 30 personas en el desfile, entre diablos y parejas de línea, que pasearon para la plazoleta de Huagrahuasi bajo la mirada de cámaras de video para la retransmisión por una plataforma virtual del Municipio.
La aceptación ha sido total, pues la transmisión en vivo del espectáculo ha tenido más de 200.000 visitas, según comentó una fuente del Municipio.

PREPARACIÓN. Dos diablos se preparan antes de salir.
PREPARACIÓN. Dos diablos se preparan antes de salir.

El evento
En total han desfilado 30 personas que representaron a siete barrios de Píllaro, un número absolutamente reducido a los miles que han participado en años anteriores.
Diablos, parejas de línea y una banda de pueblo incluyó el festejo que se repetirá el 6 de enero, en un último recorrido cuyo escenario se mantiene en secreto para evitar las aglomeraciones, pero que se reproducirá en vivo por el canal del Municipio de Píllaro.
La de hoy ha sido una «representación simbólica» que ha sido transmitida en tiempo real para que «la gente disfrute desde la casa», agregó el alcalde Yanchatipán.
Esperamos que «el próximo año ya vuelva la Diablada pillareña» de forma presencial y «como Dios manda», aunque si aún persistieran causas sanitarias, se buscarán «mecanismos de participación» para la población, agregó el Alcalde.

BAILE. Este diablo escogió los colores de Píllaro para su traje.
BAILE. Este diablo escogió los colores de Píllaro para su traje.

Pérdidas económicas
Yanchatipán explicó que pese al éxito en las redes sociales de la Diablada, el hecho de que haya sido virtual ha supuesto «una pérdida» para el Municipio, que en anteriores ediciones suele recibir la visita de más de 10.000 turistas cada día, atraídos por el colorido de las caretas de los diablos.
El Alcalde remarcó que el próximo miércoles participarán otras 30 personas en el desfile que podrá ser admirado incluso fuera del país a través de la plataforma de Facebook, bajo el enlace «@gadmpillaro».
El rostro del diablo que aparece en las máscaras que los danzantes usan para bailar por el nuevo año en las calles de Píllaro, son elaboradas con papel, alambre, pintura y engrudo pero, sobre todo, con mucha paciencia y el apego a una tradición milenaria.
Los diablos junto con las guarichas (mujeres jóvenes) y los «oficiales» desfilan al ritmo de tambores y trompetas, mientras bufan y maldicen en un ritmo pegajoso que asusta y divierte.

CUIDADO. Las parejas de líneas primero usan mascarillas.
CUIDADO. Las parejas de líneas primero usan mascarillas.