Las vacunas

Las vacunas no son algo nuevo, y si bien se habla de alguna idea de vacunas en la antigua China, la verdad es que aparecieron y fueron documentadas por primera vez en el siglo XVIII, cuando el médico inglés Edward Jenner, las aplicó luego de observar el contagio de un tipo de viruela por parte de quienes trabajaban con vacas; de ahí deriva el nombre de las vacunas.

Cien años después, el francés Luis Pasteur inventó otras vacunas que han salvado infinidad de vidas y proporcionaron las bases para la invención de otras.

Gracias a las vacunas se han erradicado algunas enfermedades y se han controlado otras, por el proceso de inmunidad adquirida por estos procedimientos médicos científicos.

Hoy, cuando el mundo se debate en medio de una pandemia universal, la del coronavirus o Covid-19, la esperanza viene por el lado del trabajo científico, que, en diversas latitudes nos ofrece la certeza de nuevas vacunas que detengan el contagio de esta enfermedad que ha puesto en vilo a la humanidad y que ha deteriorado la salud, las economías, los sistemas de educación y en general la calidad de vida de las personas.

En este sentido, creo que lo sensato es vacunarse, dejar de lado los mitos que frente a las vacunas se construyen y optar por el camino de la ciencia para salvar las vidas.

Por ello, vale insistir en la responsabilidad del gobierno de facilitar el acceso a las vacunas, con la rapidez posible y tratando de llegar al cien por ciento de la población.

Esta debe ser la prioridad de las autoridades de salud, desde luego empezando por los sectores más vulnerables, pero garantizando el acceso para todos.