Rendir cuentas

Franklin Barriga López

Conocidos académicos y representantes del sector privado, vinculados estrechamente a materias económicas y legales, una vez que aceptaron la invitación formulada por la Contraloría, integran un grupo llamado a cumplir trabajo necesario y esclarecedor para nuestro país. Entre los objetivos de esta veeduría se encuentran determinar el real nivel que tiene el endeudamiento que causa confusión por las diferentes cifras que se exhiben y otros asuntos que giran en ese entorno; por ello, los informes y recomendaciones que presenten los expertos ayudarán notablemente a saber la verdad.

El contralor Pablo Celi, que viene llevando a cabo acciones valientes y positivas, en declaraciones de prensa aseveró las motivaciones para su acertada resolución: “Se dispuso la conformación de una veeduría ciudadana porque parto de la convicción de que el control público debe realizarse con participación ciudadana, que coadyuvan a la transparencia y confianza en la acción pública”. Así es, efectivamente: qué mejor si la función pública cuenta con el apoyo de gente capaz, experimentada y proba como son los profesionales que conforman el anotado y selecto grupo.

No deben sobresaltarse quienes actúan con la debida pulcritud, en aplicación de lo que la sabiduría popular enseña: “Quien nada debe, nada teme”; de allí que el expresidente y más funcionarios que le acompañaron en esa larga y controvertida década, con casos de alarmante corrupción y más desacertadas ejecutorias, están en la obligación de acudir a los llamados que se les haga en demanda de las informaciones que sean menester.

Nadie tiene patente de corso en estos campos donde debe prevalecer la claridad; los secretos y más oscuridades generan justificadas sospechas. Simplemente, es obligación de quienes manejan recursos públicos rendir cuentas.

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