No hay recursos para ampliar la Alóag-Santo Domingo

SITUACIÓN. Dos horas al día habrá restricciones para seguir el retiro del material que queda del deslave.
SITUACIÓN. Dos horas al día habrá restricciones para seguir el retiro del material que queda del deslave.

Casi ocho días después de que el deslizamiento de 60.000 metros cúbicos de rocas y tierra bloqueara el paso por la vía Alóag-Santo Domingo, a la altura del kilómetro 54, el tránsito de vehículos volvió a fluir ayer por esta carretera.

El paso de automotores de todo tipo se habilitó desde las 10:00 por una variante de la carretera, pues las tres excavadoras y tres cargadoras que trabajan en el sitio conocido como La Esperanza aún no han logrado desalojar todo el material.

La decisión la tomó el prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja, aunque advirtió a los conductores que volverá a cerrarse en cualquier momento si es que los técnicos lo consideran necesario, como medida de seguridad.

Por su magnitud, este derrumbe es uno de los más grandes registrados en la vía durante los últimos años, incluso mayor al suscitado en 2015, en el kilómetro 28, cuando se dio el descenso de 40.000 metros cúbicos de tierra.

El material que taponó esta vez los dos carriles es igual a la cantidad que podrían transportar 5.000 volquetas de 12 metros cúbicos. Algunas rocas que cayeron superan las 20 toneladas de peso y los 6 metros de diámetro.

César Ruiz, director de Vialidad de la Prefectura de Pichincha, comentó que los trabajos demorarán entre una y dos semanas y que, hasta tanto, habrá restricciones de dos horas cada día para desalojar los escombros.

Pérdidas

El director de la Federación Nacional de Transporte Pesado del Ecuador (Fenatrape), Fernando Ortiz, comentó que el cierre ha causado “pérdidas millonarias” a su gremio, en virtud de que es la principal conexión entre Sierra y Costa.

Calificó como una “necedad” que en el anterior Gobierno la administración de esta carretera fuera delegada a las prefecturas de Pichincha y Santo Domingo, que no han podido avanzar en las obras de ampliación que se requieren.

Baroja admitió que el contrato para estos trabajos está suspendido desde el año pasado y dijo que los gobiernos locales no tienen los recursos, por lo que ya adelanta conversaciones con los ministerios de Finanzas y de Obras Públicas.

CIFRA
27
puntos
vulnerables están identificados en esta ruta que funciona desde hace 65 años.

De los 100 kilómetros que tiene esta vía, 72 están en el lado de Pichincha, hasta el sitio conocido como Unión de Toachi. El funcionario aseveró que se ha invertido 160 millones de dólares, pero que faltan fondos para que los trabajos puedan avanzar en los 26 kilómetros que restan.

El Dato
A diario, por esta vía circulan alrededor de 12.000 vehículos.

Entre las obras pendientes consta la construcción de túneles en el sector de Bombolí, Tandapi, Cresta de Gallo, en el kilómetro 28. Baroja no precisó el presupuesto que se requiere, pero apuntó que inicialmente la ampliación de toda la vía había sido estimada por 180 millones.

“Si es que el Gobierno toma la decisión de retirarnos la delegación, que lo haga”, agregó al tiempo de señalar que es “imposible” costear la ampliación con los valores que actualmente se cobran en el peaje de Alóag. (RVD)

Los damnificados

° El derrumbe afectó también a las viviendas de Moisés Toapanta y María Ramírez, quienes se dedican a la crianza de chanchos, pollos y a la venta de comida. El impacto de las piedras cuarteó las paredes y una de ellas, de gran tamaño, ingresó hasta el comedor.

Ramírez aseveró que el deslave del 18 de febrero se dio de manera paulatina y que gracias a eso los suyos pudieron escapar. Ahora ellos esperan una “compensación justa” de las autoridades, pues sus casas serán expropiadas al quedar entre la variante de esta ruta y los dos carriles que se espera rehabilitar.