Código vidrio

Mayra Aguirre Robayo

El periodismo investigativo tiene alcances históricos en el caso Dreyfus ( Yo acusó del escritor francés Emilio Zolá fue un hito anitsemítico) y Watergate, la brega del Washington Post contra el espionaje de los republicanos a los demócratas que obligó a Richard Nixon a renunciar a la Presidencia de EE.UU. Es uno de los antecedentes del medio impreso de la descalificación de los archivos del Pentágono de la guerra de Vietnam, cuya escenificación (The Post, 2018) fue nominada como mejor película -Steven Spielberg-; mejor actriz a Meryl Streep – Katharine Graham- y Tom Hanks representó al editor general Ben Bradlee.

‘Código Vidrio’, montado por los periodistas Arturo Torres (renunció como editor general de El Comercio) y María Belén Arroyo (editora política de Vistazo), con urgencia nos conmueve con datos referenciales de los casos de corrupción de la anterior década gubernamental relacionada con Odebrecht, que apresó al exvicepresidente Jorge Glas por asociación ilícita. Esto demuestra las conexiones políticas y económicas de los personajes como una práctica sistémica. En el reportaje ‘Los electrizantes negocios del clan Glas: los negociados de sectores estratégicos’ no queda con el tío de Glas, sino involucra a su primo y amigos cercanos y empresas privadas.

Destacan al empresario y dirigente deportivo Nassib Neme y Electrocables. Código Vidrio indaga que la abogada defensora Ivone Núñez de Ricardo Rivera, fue testigo de la llamada del expresidente, quien afirmaba “que nada le pasaría”. La realidad del Ecuador ha tomado el rumbo de la institucionalización que se refleja en la salida de José Serrano de la presidencia de la Asamblea y la censura a Carlos Ochoa de la Supercom por 119 votos.

Los adherentes del correísmo continúan llamando prensa comercial. Pero, es la promotora del periodismo investigativo. La nueva ley de comunicación debe adherirse a los derechos internacionales, eliminar la censura previa, el linchamiento mediático. La incertidumbre nos acompaña. El nombramiento de Juan Sebastián Roldán como vocero presidencial es un buen augurio.

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