Diálogos sin futuro

El Gobierno de Juan Manuel Santos está a punto de terminar y la falta de claridad en la posición de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN) hacen pensar que los diálogos que se han reiniciado en Quito con el grupo insurgente –como ya ha sucedido otras veces- no van a llegar a ninguna parte.

Para completar, el hecho de que la derecha encabezada por el expresidente Álvaro Uribe, feroz opositor a los pactos de paz con las guerrillas, haya ganado las legislativas del domingo pasado, es una muestra de que las negociaciones no serán muy alentadoras. O por lo menos, algo es seguro: van a ser más conflictivas y más prolongadas que las que se siguieron con las FARC.

Los insurgentes deberían entender que el resultado electoral dejó no solo un legislativo mayoritariamente de derecha, sino una candidatura presidencial fortalecida y que si no hay avances en la cita de Quito, el Gobierno venidero seguramente levantará la mesa de negociaciones, o de continuarla lo haría con unas condiciones distintas.

A diferencia de las FARC, que tenían una estructura de mando unificada, en el ELN sus mecanismos de decisión son diferentes, con varios grupos de poder que no permiten el avance rápido de las negociaciones, ni el cumplimiento de los compromisos.

Sus delegados hablan en Quito de paz y en Colombia siguen los atentados.
En resumen, un Gobierno en su última fase y la falta de consistencia en las posiciones de la guerrilla llevan a suponer que no es muy alentador el futuro de los diálogos.


Si das pescado a un hombre hambriento, le nutres una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda la vida”. Lao-tsé. Filósofo chino (570 aC-490 aC)

Enseñar a quien no quiere aprender es como sembrar un campo sin ararlo”. Richard Whately. Arzobispo anglicano y educador (1787-1863)