El crudo sube, los combustibles también…

Rosalía Arteaga Serrano

Dicen que la alegría del pobre dura poco. No sé si esto se puede aplicar al caso ecuatoriano y a lo que está ocurriendo con los nuevos precios del petróleo de exportación. Por supuesto, los ecuatorianos siempre nos alegramos cuando hay una subida de precios. Esto tiene sus altibajos, sus bonanzas y sus períodos en los que debemos apretarnos el cinturón.

Desgraciadamente, en esta oportunidad es la dolorosa situación de Venezuela la que propicia la subida de los precios del hidrocarburo, porque al ser este país sudamericano el principal proveedor de crudo pesado a las refinerías norteamericanas, y al haber disminuido la extracción, así como también por las sanciones que le han sido impuestas Ecuador, también productor de crudo pesado, se ve beneficiado.

El precio de nuestro crudo pesado siempre fue inferior al West Texas Intermediate (WTI). Ahora el precio es mayor, ya que superó los 63 dólares por barril y los márgenes a favor de nuestro país son superiores a los habituales. Un motivo de alegría, por supuesto, pero que debemos asumir con cierto sabor amargo por la razón que lo sustenta.

Pero ahora viene la nota discordante: el precio de los combustibles que importamos también subió. Por eso pagamos más por la gasolina que todavía cuenta con subsidios, lo que pone al Gobierno en la alternativa de subir el precio de los combustibles o de incrementar el nivel de subsidios. Sin lugar a dudas, se trata de un motivo más para tristeza.

Dependerá del Gobierno, y particularmente de la cartera de Estado que tiene a su cargo estos temas, el determinar cuál es la estrategia a seguir. En todo caso, habrá que pensar siempre en lo mejor para los ciudadanos todos y en medidas que no comprometan el futuro.

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