Sin taxis, sin celebraciones

Daniel Márquez Soares

En el mundo hay muchísimas cosas que preferiríamos jamás haber inventado. Hay tecnologías, ideas, herramientas o sustancias cuyos efectos han sido tan nocivos que resulta tentador imaginar cómo hubiera sido el mundo si es que se hubiese detenido a tiempo a sus creadores. Lamentablemente, una vez que surgen, resistirse a ellas o ignorarlas constituye una garantía de fracaso; adaptarse es la única opción. En ese sentido, la lucha contra plataformas virtuales como Cabify y Uber es absolutamente estéril. No importa cuánta saliva o recursos despilfarren políticos y taxistas, el futuro les pertenece a esas aplicaciones.

Es necesario matizar la victoria de estas empresas. Adoptar o celebrar los avances tecnológicos no implica aceptar sin rechistar los problemas que los vuelven necesarios. Uno puede usar la vacuna contra la poliomielitis, incluso agradecer por su existencia, pero eso no significa que uno deba creer que tener poliomielitis es algo positivo. No es bueno que haya tantas personas en nuestro país dispuestas a trabajar en las condiciones de dichas plataformas ni que exista un mercado tan grande de clientes que requieren dicho servicio. Uber o Cabify no son malas, sino, al contrario, valiosos paliativos; lo que sí es malo, pésimo, es que vivamos en un sistema que convierte a dichas aplicaciones en alternativas necesarias y viables.

Preferimos autoengañarnos para que el dolor del fracaso sea más llevadero. Nos gusta destacar que somos un país de “emprendedores” o aplaudir el subempleo como muestra de coraje e iniciativa; es decir, glorificar el trabajo precario e inestable. ¿En qué hemos fallado para que la única forma de sobrevivir, para la mayoría de ecuatorianos, sea el subempleo o el emprendimiento apresurado?

Debemos aceptar a Cabify y Uber, y sentirnos afortunados de contar con dichas herramientas en estos momentos de crisis. Sin embargo, no debemos perder de vista que el objetivo debe ser contar con una economía sólida y próspera en la que los trabajos flexibles o el emprendimiento sean solo una opción para aquellos cuya personalidad los empuja en esa dirección. No la única forma de llegar a fin de mes para el ciudadano común.

[email protected]