Solidaridad para salir de la crisis en frontera norte

DONACIONES. Arroz, leche en polvo, panela y otros implementos de bioseguridad son donados por esta campaña a habitantes de diferentes comunidades en zona de frontera. (Imágenes: Cortesía)
DONACIONES. Arroz, leche en polvo, panela y otros implementos de bioseguridad son donados por esta campaña a habitantes de diferentes comunidades en zona de frontera. (Imágenes: Cortesía)

La pandemia no solo ha afectado a las zonas con más contagios. Existen historias de lugares que no se cuentan generalmente. ‘Contamos Contigo, Frontera Norte te Necesita’, es una campaña que busca sobrellevar la crisis sanitaria en zonas rurales del norte de Esmeraldas.

Un pájaro revolotea en medio de la conversación, mientras se pasea por la comunidad de La Unión, en Esmeraldas. Juan Herrera, docente de una Institución educativa en esta zona, se apoya sobre un árbol -a veces tiene que subirse- para lograr conseguir señal celular suficiente para continuar con la entrevista. Los ruidos de pequeños pájaros y otros insectos no son raros cada vez que debe hablar por teléfono.

En la comunidad de nacionalidad awá algunos servicios básicos nunca llegaron. Otros, como la cobertura móvil, se tienen que buscar en planicies y lugares más despejados. Lo único que han mantenido por los últimos 10 años ha sido luz eléctrica. Esto, gracias a un proyecto de gestión comunitaria que emprendieron los moradores con el objetivo de dar más brillo a la zona.

“Nosotros, como territorio awá, hemos sido vulnerados desde siempre. No contamos con todos los servicios básicos, no tenemos vías de acceso, no tenemos agua potable -tenemos que utilizar agua del río, quebrada o agua de lluvia. No tenemos alcantarillado”, cuenta. “Hemos luchado ya por 5 años para conseguir obras de vialidad, y nada”. Para llegar a la comunidad es necesario caminar tres horas desde la carretera principal, que conecta Ibarra con San Lorenzo.

A 30 kilómetros de la frontera con Colombia, esta comunidad, hoy, despierta con más incertidumbres y dudas que antes de la pandemia. Ya no solo es la falta de servicios básicos, o el tener que caminar tres horas para llegar a casa; la crisis sanitaria ha obligado a las personas que viven en esta y otras comunidades de la zona norte de Esmeraldas a preguntarse cómo salir adelante, cómo llegar a mañana.

Esta duda no exime a Herrera. Él tuvo que caminar por más de tres horas para llevar 65 raciones de kits alimenticios a su comunidad, que le fueron entregados por la campaña de apoyo humanitario: ‘Contamos contigo, Frontera Norte te Necesita’. Esto, para ayudar a las personas que viven al día y no han podido cumplir actividades económicas desde el cese de actividades en el país.

Esta campaña ha tomado fuerza en la zona en momentos difíciles como el terremoto del 2016 o los ataques explosivos en San Lorenzo por parte de disidentes de las FARC . La crisis causada por el Covid-19 no ha sido la excepción.

Leche en polvo, panela, harina de plátano y otros productos forman parte de los kits que reparte la campaña en zona de frontera.“Aquí, en zona de frontera, la pandemia ha reforzado las problemáticas: niños en estado de desnutrición, personas con distintos tipos de enfermedades que no han podido adquirir medicamentos o alimentos”, cuenta Marta Valencia, impulsora de la campaña. Esto es parte del día a día del confinamiento en este espacio.

Es por esto que, esta vez, Valencia ha logrado reunir fuerzas para conseguir donaciones de diferentes implementos de salud, bioseguridad y productos alimenticios para donar a personas que se encuentran en condiciones vulnerables. Esto lo ha hecho con apoyo de entidades privadas y otras comunidades para elaboración de productos como panela y harina de plátano.

La crisis cambió dinámicas

“En la comunidad awá de La Unión la gente esta preocupada por no poder salir, porque lo necesitan. El otro día un vecino me comentaba que ya no tenía recursos, que tenía que salir para ganar el diario”, explica Herrera.

Allí se dedican a la agricultura, mayoritariamente, de plátano o yuca. Este es su mayor medio de sustento; y hoy está parado.

Sin embargo, no todo ha sido malo. Herrera cuenta que entre vecinos han logrado colaborarse mutuamente intercambiando productos para lograr satisfacer sus necesidades alimenticias lo mayor posible.

“Aquí siempre ha existido la solidaridad entre vecinos, pero ahora hay mucho más en el sentido de comunidad”, dice Herrera.

La solidaridad se ha visto reforzada en medio de la crisis en esta zona, pero no todos los espacios viven la misma realidad.

El hambre sí ha logrado apoderarse de zonas más urbanizadas como San Lorenzo. Antonia Hurtado, moradora del cantón, relata que “varias personas han dejado de comer tres veces al día, y hoy les toca conformarse con una sola comida -eso cuando tienen alimentos. Muchos dependen de la entrega de kits alimenticios”.

Ella destaca que la sensación de incertidumbre sobre cuánto se podría aguantar las medidas es lo que más ha costado a quienes viven en la frontera norte durante estos meses.

Detalla que antes “si en Ecuador no se dejaba circular, la gente de zonas como Mataje cruzaba a Colombia para hacer sus actividades económicas o comprar alimentos o medicamentos”. Hoy, las fronteras se mantienen cerradas por el avance del virus, y la sensación de familiaridad que han tenido las comunidades de esta zona con los hermanos de Colombia, desde sus antepasados, se ha visto alejada por una línea imaginaria que para ellos no existía.

Para realizar donaciones que apoyen a esta campaña puede realizar una transferencia bancaria al número de cuenta: 2203389367 (Banco Pichincha)Para Hurtado, si bien en la situación es diferente en zonas rurales o zonas más urbanas, la crisis la viven todos. “Si bien las personas que viven en las comunidades rurales podrán contar con alimentos que la tierra produce, porque sigue produciendo; no tienen para el combustible de la lancha que utilizan para movilizarse o para adquirir implementos de bioseguridad como las mascarillas, guantes o gel antibacterial”, explica.

Capacidad de respuesta

Marta Valencia detalla que la ayuda que ha recibido esta zona del país ha consistido en unos pocos kits alimenticios. Explica que la falta de capacidad de acción que tienen instituciones gubernamentales en medio de la crisis la ha llevado a plantearse esta campaña. Ella, en su día a día, maneja una empresa dedicada a la seguridad.

“Hemos intentado gestionar con instituciones como el Banco de Alimentos y otras instancias gubernamentales para lograr entregar más kits. La respuesta que hemos recibido es que la zona rural no ha recibido tanta atención debido a que no cuenta con tantos casos confirmados”, dice.

Para ella, el problema va más allá de su capacidad de captar donaciones de alimentación y bioseguridad y entregarlas a personas con necesidades. “Hay personas con enfermedades catastróficas o crónicas como la diabetes que no han podido conseguir insulina, ya sea por falta de presencia de estos medicamentos en la zona o por falta de dinero para adquirirla. Esto merece una solución pronta”.

Valencia manifiesta que la capacidad de respuesta gubernamental, además, también se ha visto amenazada en la zona en el ámbito de la salud, “al no contar con especialistas ni camas de cuidados intensivos en la zona”. Pide a las autoridades a tomar decisiones que no dejen olvidada a una zona que se ha mantenido excluida del país por esta y otras administraciones pasadas. (ECV)

Mauricio Pozo
Economista

¿Cómo reactivar la economía en zonas de frontera?

Para enfretar la crisis en zonas de frontera hay muchos aspectos a tratar. Uno de ellos tiene que ver con los costos de producción en la zona. Estos son más altos que en Colombia por vía impositiva, arancelaria, de mercado de trabajo, costos laborales y tramitología. En la medida que potenciemos esto se podrá ayudar a la zona para que se pueda incentivar la producción.

Los aranceles deben tener una reducción con arreglo fiscal para ayudar a la capacidad de competir y reanimar a la zona de frontera.

Asimismo, en la zona hace falta financiamiento con tasas de interés razonables y mejores plazos. Eventualmente algunas cargas tributarias nacionales y regionales serían útiles.

La posibilidad de atraer inversión privada internacional o nacional vendiendo el atractivo turístico de la zona es otra opción. Esto ayudaría con financiamiento, posibilidad de más infraestructura hotelera o via y sin duda contribuiría a la reactivación económica. Aunque para esto se deben tomar varios factores a tratar, por lo que enmendar el costo de producción es fundamental. Todas estas acciones pueden beneficiar. Pero se debe vender la zona para recibir apoyo, no solo nacional sino también internacionalmente.