La autodestrucción generada por el abandono

AFECTACIÓN. Lugares donde estaba la vegetación ahora son grandes espacios usados para la búsqueda de oro.
AFECTACIÓN. Lugares donde estaba la vegetación ahora son grandes espacios usados para la búsqueda de oro.

32 ríos del norte de Esmeraldas están afectados por residuos químicos de la actividad minera. Los peces mutan.

Cuando llueve en la parroquia Selva Alegre, cantón Eloy Alfaro las familias saltan de felicidad. Y tienen razón. El río Santiago que cruza por el poblado no siempre está apto para el consumo humano, las fuentes de agua cercanas dejaron de ser seguras desde que la actividad minera artesanal quedó en el recuerdo.

Ahora siete retroexcavadoras que superan el millón de dólares son las que rompen el silencio de la zona montañosa y van creando surcos donde estaban árboles nativos en busca del oro entreverado en subsuelo arcillosos. En 50 frentes mineros de los cantones Eloy Alfaro y San Lorenzo, norte de Esmeraldas las máquinas van creando la nueva morfología del terreno.

Conseguir una onza de metal precioso representa toda una paradoja. Para ganar dinero hay que destruir la naturaleza y todo lo que le rodea. Atrás quedaron esos días cuando las mujeres afro de fácil sonrisa iban con sus bateas de madera a playear en cristalinos ríos y por horas generaban movimientos pendulantes al recipiente hasta que aparecía la pepita de oro entre el agua, la tierra y piedras.

Explotación

La motivación de ese oficio era solventar los gastos del hogar. En ocasiones iban a la ciudad y hacían trueque del metal con productos que no tenían en el campo o lo vendían. Ahora, con la modernización la motivación original es la misma, con la diferencia de que los dueños de las máquinas, las zarandas y separadores, los contratan por un máximo de 20 dólares diarios por las extenuantes jornadas bajo el sol o lluvia; por eso es minería a cielo abierto.

Estudios científicos, uno de ellos impulsado por la Universidad Católica sede en Esmeraldas, revelaron que los peces de la zonas mutaron por la contaminación generada durante la actividad minera que, en ese estudio del 2015, se determinó que 32 fuentes de aguas estaban con seis tipos de metales pesados, entre ellos el mercurio.

Y es justo ese uno de los usados para separar al metal del subsuelo. Quienes realizan esta actividad dicen que no usan químicos para el extractivismo. Remover la tierra con la retroexcavadoras que llegan con evasiones a esos lugares recónditos deja expuestos a elementos como el mercurio, sodio, potasio, cobre, platino entre otros que estuvieron ahí por años y que ahora contaminan las fuentes de agua y la sedimentación.

RIESGOS. Las fuentes de agua cambiaron de color al tener contacto con los químicos que salen de la extracción del oro.
RIESGOS. Las fuentes de agua cambiaron de color al tener contacto con los químicos que salen de la extracción del oro.

Problemas de fondo

En 2011 defensores de la naturaleza y la vida presentaron una acción legal para frenar a la minería. En teoría, siete años después lo lograron e incluso un Juez, a través de la medida cautelar Nº 08256-2011-0058, suspendía esa actividad y disponía que los municipios de Eloy Alfaro y San Lorenzo den agua segura a las zonas afectadas.

Ese mandato lleva un problema de fondo, ambos cantones destacan por carecer de agua potable, un correcto sistema de alcantarillado y de limitadas fuentes de trabajo. “La minería es lo que nos da de comer, no el Presidente”, gritaba una mujer cuando Fuerzas Armadas, la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom), Fiscalía y Policía en un operativo conjunto inhabilitaron las retroexcavadoras retirándole el cerebro y comando a la retroexcavadoras.

Los funcionarios saben que eso no frenará la actividad, por cuanto saben que inversionistas evasores de impuesto y que operan al margen de la ley, son los que dinamizan esa actividad que genera fuentes de trabajo que a su paso van destruyendo la naturaleza.

En uno de los informes “de todas las autoridades involucradas en el tema y en las que, el Grupo Operacional 1.4 “Esmeraldas”, expuso sobre la actual situación de la explotación minera y la necesidad de una inmediata acción por parte de las autoridades, siendo los cantones de Quinindé, Eloy Alfaro y San Lorenzo, los más afectados por actividades ilegales conexas como el tráfico de combustibles y explotación de recursos naturales”. (MGQ)

NECESIDAD. Comunidades afro de la zona norte siguen dependiendo de la actividad minera. Ellos piden más presencia estatal.
NECESIDAD. Comunidades afro de la zona norte siguen dependiendo de la actividad minera. Ellos piden más presencia estatal.

Tres cantones afectados

San Lorenzo y Eloy Alfaro, al norte de la provincia, y Quinindé, en la zona central, son los cantones donde más se concentra la minería a cielo abierto, según reportes de las Fuerzas Armadas.

Esa acciones estarían conexas como el tráfico de combustibles y explotación de recursos naturales, y en especial los sectores de: Minas Viejas, Urbina, Los Ajos, 5 de Junio, San José de Cachaví, Timbiré y Selva Alegre.

También se ha detectado actividad minera en Alto Tambo, Tobar Donoso, Ricaurte, La Ceiba, Guayabal, El Ajo, San José, El Progreso, El Dorado entre otros.

Reproche al Estado

En el recinto como Angostura, de la parroquia Selva Alegre, cantón Eloy Alfaro, la mayoría de la gente ve la minería como algo bueno, pero en voz bajita reconocen que se están quedando sin fuente de agua cercana.

Y es justo ahí que se acuerdan del Estado y le reprochan con amargura. Aclaran que también son ecuatorianos, que merecen agua potable, alcantarillado, internet, acceso créditos para cultivar la tierra, fuentes de trabajo. Dicen que lo único que no les falta es la energía eléctrica.

Los alejados de la minería

En la parroquia Selva Alegre, cantón Eloy Alfaro, donde están cinco frentes mineros a cielo abierto detectado, no toda su población depende de esa actividad. Entre sus calles se puede observar a mujeres, hombre e inclusos niños y adolescentes movilizando productos agrícolas.

La armonía entre su gente afro y apegada al catolicismo, hacen de la zona un lugar de buena convivencia. Entre las casas de madera y cemento está la Unidad de Vigilancia Comunitaria, el destacamento militar y el río Santiago que se muestra imponente y caudaloso.