El seguro por desempleo solo fue realidad para una de cada diez personas que perdieron su trabajo en 2020

CRISIS. El año pasado se disparó el deterioro del mercado laboral

En total, el IESS pagó $68,7 millones por ese beneficio durante el año pasado. El mes con más solicitudes fue julio.

El presidente de la República, Lenín Moreno, y algunos de los ministros de su Gobierno, aseguraron que 570.000 personas se desafiliaron del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) durante 2020, como consecuencia de la pérdida de su empleo formal. Esa cifra no toma en cuenta los reingresos, sino solo las salidas del sistema.

Sin embargo, solo 57.138 de esos ecuatorianos accedieron a los beneficios del llamado seguro de desempleo. Es decir, apenas uno de cada diez pudo recibir el 70% del Salario Básico Unificado (SBU), o $280, por cinco meses.

Ese seguro, hasta el año pasado, se financiaba con el 1% del aporte mensual de cada trabajador al IESS. Desde 2021, el porcentaje se reduce al 0,5%.

En total, se desembolsaron $68,7 millones en 2020 y el fondo cerró con un saldo de $1.035 millones, lo que significa que, en medio de una grave crisis y con muchas familias sin liquidez, solo se distribuyó el 6% de los recursos disponibles.

Deudas e incumplimientos

Una de las principales razones de la baja cobertura es que muchas empresas están en mora con el IESS, lo que quiere decir que no han pagado las aportaciones de sus trabajadores durante varios meses, a pesar de que en algunos casos hicieron los descuentos en los roles.

Según la normativa, se puede solicitar el seguro de desempleo si se tiene 24 de esas aportaciones no simultáneas, pero las últimas, antes de haber sido cesado de su trabajo, si deben ser consecutivas. 

Entre 2016 y 2020, el fondo del seguro de desempleo recibió $1.216,4 millones y se gastó $181,4 millones. Rodrigo Dueñas, exempleado de una agencia de viajes, comentó que, cuando se quedó sin trabajo en julio 2020, no pudo recibir los $280 por cinco meses porque su empleador estaba tres meses atrasado en los pagos.

“Recién pude conseguir un empleo formal a mediados de enero. Durante todos los meses anteriores subsistí vendiendo productos y comida con ayuda de mi esposa”, acotó.

Otro problema es que, a pesar de que la Ley Humanitaria redujo de 60 a 10 días el tiempo mínimo como desempleado para acceder al beneficio, esa modificación sólo se hizo efectiva desde mediados de agosto. Además, solo aplicó para los afectados por la crisis entre abril y julio de 2020.

Los meses en los que más solicitudes se registraron fueron: julio (14.232 beneficiarios), agosto (10.196 beneficiarios) y septiembre (6.960 beneficiarios).

No es lo mismo que la cesantía

A parte del seguro de desempleo, los afiliados al IESS tienen otra opción de liquidez. Mediante la acumulación del 2% de los aportes mensuales, se crea un fondo llamado de cesantía, el cual se puede solicitar entre el día 61 y 106 luego de quedarse sin trabajo. Todo el ahorro acumulado se recibe en un solo pago.

Al seguro de desempleo solo se puede acceder si es despedido, pero la cesantía aplica también cuando se jubila o renuncia.