Hacer política con grillete

La política ecuatoriana se volvió un cálculo electorero para saber con cuántos votos se gana elecciones, pero felizmente ya no es por distritos, lo que permitió al correísmo obtener todas las elecciones legislativas desde el 2009. Y es grave saber que ese voto duro les posibilitó, desde entonces, acceder a segunda vuelta, demostrando que el populismo y la compra de votos funciona.

El alcalde de Quito, Jorge Yunda, y la prefecta de Pichincha, Paola Pavón, responden a ese electorerismo del voto duro que posibilita triunfar en elecciones con menos de 20% del apoyo ciudadano. Sus actuaciones posteriores evidencian una actuación errática y, en muchos casos, reñida con la ley. No es gratuito que Pavón use grillete desde hace varios meses, por su participación en el intento de subvertir el orden en las movilizaciones indígenas de octubre de 2019.

Yunda también debe usar este artefacto que detecta la movilidad de personas bajo investigación judicial que, además, le impide salir del país hasta determinar la participación del burgomaestre y sus funcionarios en el episodio de las pruebas ‘chimbas’ (según el léxico popular) contra el Covid-19. Asunto que, al parecer, sería peculado.

Si desde hace más de una década Quito necesita alcalde, eso se hace más urgente ahora. No es posible que la capital del Ecuador y la provincia que alberga a la ciudad, tengan como principales autoridades a personas con grillete, porque deben responder a la justicia por sus actos.

Súmense ellos a la larga lista de funcionarios del correísmo que están presos (Glas y Pareja Yanuzzelli), con reclusión domiciliaria (Alexis Mera), refugiados en una embajada “amiga” de la tendencia (María Duarte), fugados a un país partidario del socialismo del siglo XXI (Rivadeneira, Buendía, Patiño o Viteri Gualinga), que están prófugos (en Bélgica o Venezuela, como Correa y Vinicio Alvarado), los que escaparon rompiendo el grillete y quién sabe dónde están (Fernando Alvarado) y los que fueron electos parlamentarios andinos usando esa tobillera (Virgilio Hernández).

Difícil entender que esa caterva de personajes, reñidos con la moral y la decencia, con tantos problemas con la justicia y que, además, tienen sentencias y acusaciones por varios delitos, que usan grilletes y deberían responder a la justicia por sus actos tengan, por los dimes y diretes entre Lasso y Pérez, la posibilidad de hacer campaña de segunda vuelta para que el ‘llavero’ de Correa llegue al poder e instaure un peligroso ‘correísmo 2.0’. Eso es hacer política con grillete.