Se plantean sanciones y ampliar consensos. También hay falta de liderazgo.
César Litardo, asambleísta de Alianza PAIS (AP), llegó a la Presidencia de la Asamblea tras un acuerdo por la gobernabilidad con CREO, la Bancada de Integración Nacional (BIN) y la Bancada de Acción Democrática Independiente (BADI). Eso, en principio, significaba la conformación de una mayoría.
Pero las conversaciones con los integrantes de esa coalición, incluidos sus propios compañeros de AP, están fallando porque no hay consensos para aprobar leyes, asistir a las sesiones del Pleno y dar quórum en las Comisiones Legislativas.
Faltan dos semanas para que inicie la segunda vacancia legislativa del año y Litardo quiere que se apruebe el Código de la Salud y se vote el juicio político en contra de la exministra de Salud Verónica Espinosa, pero los votos se diluyen. Quiere que se avance en el segundo debate del Código Orgánico Integral Penal, pero los correístas se niegan a dar quórum si los oficialistas no asisten al Pleno.
¿Qué está pasando? Desde afuera, expertos consideran que hay una irresponsabilidad de los asambleístas, al priorizar las agendas político-partidistas, en lugar de enfocarse en legislar. Desde adentro, que la coalición que se formó para tener una mayoría habría sido únicamente para repartir cargos, pero no para aprobar leyes, que existe una falta de liderazgo y una debilidad en los acuerdos.
Falta de consensos y liderazgo
PAIS, después de la fractura con los correístas, perdió los votos para completar una mayoría absoluta (70 votos). Por lo que requieren alianzas con otras tiendas políticas. En la coalición hay, supuestamente asegurados, 78 votos. Pero en las sesiones del Pleno no se reflejan.
A diferencia de la Asamblea durante el gobierno de Rafael Correa, en el que AP no necesitaba de nadie, actualmente, los legisladores tienen que llegar a acuerdos. “El problema es que estamos recién dos años. Antes se daba la orden de Carondelet. Más que falta de liderazgo, es falta de consensos lo que estamos teniendo”, es la evaluación de Fernando Flores (CREO).
Por lo que Wilma Andrade (BIN) ve urgente ampliar los consensos para “no pasar estas vergüenzas y esta falta de trabajo, que a la larga lo único que hace es debilitar el accionar de la Asamblea”. Los dos coinciden en que las bancadas deben tener una postura clara.
Los correístas son más tajantes. Pabel Muñoz cree que la mayoría legislativa no se fijó con un acuerdo para aprobación de leyes, sino para definir la presidencia, el Consejo de Administración Legislativa (CAL) y algunas comisiones. “No creo que encuentran todavía una estrategia adecuada ni para solidificar mayores acuerdos ni para aumentar niveles de credibilidad”, sentenció.
El Partido Social Cristiano (PSC) y SUMA cuestionan la capacidad de liderar de Litardo. Tanto para Henry Cucalón (PSC) como para Héctor Muñoz se requiere un mejor manejo y dirección de la Asamblea y, de ser el caso, disciplina.
Irresponsabilidad
Entre asambleístas se cuestiona la inasistencia de sus compañeros en el Pleno y en las comisiones. Desde afuera la crítica es más fuerte. Marcelo Espinel, coordinador del Observatorio Legislativo, sostiene que hay mayorías móviles, que la alianza es “prácticamente inexistente y muy frágil”, pero sobre todo que existe un “bajo nivel de responsabilidad”.
Lo mismo plantea Mauricio Alarcón, director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo: “Hay muy poco sentido de responsabilidad con el país, que es algo que demandamos como ciudadanos”.
Ante esta disyuntiva, un grupo de legisladores sostiene que la solución es establecer sanciones a quienes no estén cumpliendo con su trabajo, mientras que otro insiste en llamar a los asambleístas a “cumplir con nuestras obligaciones y priorizar la agenda colectiva por sobre los intereses políticos”, según la oficialista Ximena Peña. (AGO)
EL DATO
Hay voces que plantean que los ciudadanos deberían solicitar la revocatoria del mandato si los legisladores no están cumpliendo con su tarea.